DYLAN A 500 METROS DE MI CASA

Mi padre conoció a Hemingway… aunque de lejos. Dice que cuando estudiaba en Córdoba, chateaba en el mismo bar que el escritor de “Por quien doblan las campanas”. Y cuando digo “chatear”, me refiero a tomar vinos. El jueves pasado, al salir de teatro, Carola nos contó que tuvo la oportunidad de ver en directo al héroe rasta Bob Marley, y que nunca olvidará ni su concierto, ni lo guapo que era. Mar se emociona porque vio de cerca al Papa Juan Pablo II en Cuatro Vientos. Y yo, en un mes y medio, presumiré de ver en directo a Bob Dylan actuando a 500 metros de mi casa.
Mi alcalde ha tirado la casa por la ventana para Viajazz 2006 y por fin, empiezo a ver el resultado de las multas que pago. La contratación de Dylan supone un desembolso de más de 300.000 euros, y la de B. B. King, la otra superestrella en el festival, se sitúa en los 200.000. ¿Para compensar el presupuesto? Un vino de gran reserva: Cánovas, Rodrigo, Adolfo Y Guzmán.
… Y así se nos presenta Viajazz este año. El único festival que nunca hace honor a su nombre, porque menos jazz suena de todo es su escenario: Jorge Drexler, Carlinhos Brown, Chic, etc.
Hace unas semanas una llamada me despertó de mi pequeño letargo musical.
- Ring!, ring! ¿Te has enterado que Bob Dylan viene a España este verano?

- Sí, sí, eso dicen…
- ¿Y que viene a Villalba?
- ¡Qué me dices!
El pasado dos de marzo, alguien soltó la liebre en los mentideros musicales de Internet; el rumor se extendió rápidamente y no quedó más remedio, a principios de abril, que confirmarlo en forma de noticia en “El Mundo”.
Y hablando de viejas glorias… atentos al disco que Cat Stevens, perdón Yusuf Islam, publicará el próximo noviembre. ¡El primer disco en treinta años!