martes, 21 de noviembre de 2006

SILVIE



Silvie es tan provocadora que incluso desde la lejanía y siendo sólo una pequeña silueta en el balcón de un hostal de Barcelona se convierte en marioneta. Su provocación no se debe a su escasa ropa, más bien a lo poco que sabemos de ella. Son muchos los que acaban rendidos a sus pies y se retan a conquistarla con su mejor arma: la palabra escrita. Para los valientes... mi enhorabuena. Tenemos una Silvie y muchas vidas, quizás tantas como nos gustaría vivir.

Silvie según Deni. Silvie según F.A. Silvie según K.

Os presento a "mi" Silvie

Y ahí estás tú. Preguntándote si de nuevo te has vuelto a equivocar dejando que se vaya. Sí esta vez será la última que la verás pasear descalza por tu casa, poner ese disco que tanto le gusta al despertar y tomarse un zumo por las mañanas.
Un día más te ha preguntado cuánto tiempo tendrá que esperar y de nuevo tu silencio y un giro en la conversación han sido la respuesta.
Ella fumó nerviosa el último cigarro antes de marcharse, probablemente a llorarte un día más y tú solo sabrás sentirlo el tiempo que su perfume impregne las sábanas. Sabes que cuando ella llega, una luz especial invade tu salón y sin embargo es cuando la echas de más. Te gusta sentirla en el pasado, también en el futuro. Pero el presente es tuyo, sólo tuyo. Compartir el presente con ella supondría descabalar tu vida, tan organizada, tan perfecta, tan…sola.
Una vez más ella perderá una horquilla en la habitación, que tú colgarás en la cortina. Y ya van siete. Una vez más romperá contigo con la mirada y un beso seco en la mitad de la boca y tú no harás nada para evitarlo, porque sabes que cuando la eches de menos, volverá a tu lado sin pedirte explicaciones.
Por unos minutos la conciencia dialogará contigo para mostrar tu injusticia, mientras en la radio sonará Serrat. La conciencia deberá pedir cita con tu secretaria. “Al techo le hace falta una mano de pintura”, canta Joan Manuel.
Mirarás tu techo y descubrirás una gotera, una enorme y negra gotera que invade el salón y que te recuerda lo sólo que estás ahora que Silvie se ha ido. Otra vez. En el fondo sabes, que ella se cansará de tus inseguridades, de tu querer a medias, de tu falta de compromiso. Sabes que tarde o temprano descubrirá tu estrategia de ratón y con el corazón partido se marchará para siempre. Quizás a Barcelona, esa ciudad que tanto ama por su luz y olor a sal, por su mar mediterráneo abierto al infinito y su divertida forma de dibujar el arte en las calles.

Tan bella, tan dulce, tan rubia…Silvie. Entonces, sólo te quedará llorar su ausencia. Y esta vez estarás solo, sólo con tu gotera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mmmm me suena

Faramar dijo...

Es un sampler:-) ...sssh pero mío, eh?

MAREAS

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