"Me hubiese gustado nacer con el pelo rizado de mi abuelo: sus rizos negros jugaban alrededor de su cara y le daban un toque agitanado, que remarcaba su tez morena. Heredar el verde de los ojos de mi abuela, pálida como la luna y de piel fina como la seda.
Dicen que mi abuelo tenía mucho sentido del humor y que se le daban bien los deportes. Cuentan que mi abuela era querida por las vecinas, y que niños y señoras se arremolinaban en su patio para llenarse de la luz que emanaba. Una vez mire la foto de boda de mis abuelos y creí verme en los rasgos finos de ella y los ojos profundos de él. Alguien me contó que habían sido felices, que el amor que se profesaban era la envidia de las gentes, y que todavía sus sombras pasean por las sequedades de Los Monegros.
Dicen que ella tuvo una muerte dulce y cuando cerró los ojos, sonrió. El abuelo la beso y sólo dijo un hasta luego. Él no tenía prisa por irse, quería consumir con intensidad sus últimos años al lado de sus nietos; coserles los botones y apañarles la mochila cada año de escuela.
El abuelo no tenía prisa porque sabía que ella le esperaba, porque su amor era de esta vida y otros mundos. El abuelo también murió y hoy les echo de menos.
A veces, me miro en el espejo e intento adivinar qué queda de ellos en mí, me fijo en la oscuridad de mis ojos de un negro intenso. Me miro... y les veo besarse entre mi iris y el pensamiento"
- A mis hermanos.
1 comentario:
Querida mía, me enorgullezco de ser el primero en dejarte un comentario en este blog que seguro que será por los allén de los mares.
Hablando de abuelos ... creo que son lo mejor de este mundo, la mía se fue hace más de dos años y precisamente el próximo viernes cumpliría años. Por su parte mi abuelo .... jejejejeje es un crack!
Un millón de besos , te voy a linkear hoy mismo en "La perra"
Cuídate
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