Yo conozco al que lo dejó todo para montar un chiringuito en la playa. Ayer me llamó, así que os pido un fuerte aplauso para él y para los que como él, se atreven en la vida.
Le conocí hace seis años bailando rock and roll: él venía de un entierro y yo de un desamor. Así que ambos, con esa sensación de pérdida que nos dejan los que se van, nos marcamos un bailoteo que acabó con sus problemas de lumbago y mi cabeza dando más vueltas que la de la niña del exorcista.
Hace pocos meses mi amigo tomó una decisión: aburrido del parón que tenía su vida, lo dejaba todo para embarcarse en una aventura con destino a Panamá. Un viaje de ida, con la vuelta abierta. Aterrizó en medio de “la selva de los famosos” y a los tres segundos se enamoró de un país en el que hay mucho por hacer y que ofrece un sinfín de posibilidades.
Panamá: gente con el ritmo de vida del anuncio de Maracuya; autobuses graffiteados por sus conductores, con oraciones entre sus faros; un tipo curioso vende su catamarán hundido (con posibilidades de reflote), a cambio de beber gratis en el bar de la esquina; un joven matrimonio (creo que europeo) que vive en la playa, educa a sus hijos en casa; un tipo monta un hotel para ricos aburridos, que se gastan una fortuna para vivir la aventura de dormir al aire libre, en el suelo o en hamaca; locos en busca de grandes olas, o como en el caso de mi amigo, españoles en “en busca de su mar”. Un mar a 8000 kilómetros de su casa y su familia.
Y es allí donde mi amigo a sus cuarenta y (…), de repente encuentra su sitio. Por fin puede trabajar en su gran pasión: la fotografía y además le pagan por ello. Hoy se subirá a una avioneta para fotografiar parte de la selva Panameña y dentro de unos días fotografiará tiburones.
Hace pocos meses mi amigo tomó una decisión: aburrido del parón que tenía su vida, lo dejaba todo para embarcarse en una aventura con destino a Panamá. Un viaje de ida, con la vuelta abierta. Aterrizó en medio de “la selva de los famosos” y a los tres segundos se enamoró de un país en el que hay mucho por hacer y que ofrece un sinfín de posibilidades.
Panamá: gente con el ritmo de vida del anuncio de Maracuya; autobuses graffiteados por sus conductores, con oraciones entre sus faros; un tipo curioso vende su catamarán hundido (con posibilidades de reflote), a cambio de beber gratis en el bar de la esquina; un joven matrimonio (creo que europeo) que vive en la playa, educa a sus hijos en casa; un tipo monta un hotel para ricos aburridos, que se gastan una fortuna para vivir la aventura de dormir al aire libre, en el suelo o en hamaca; locos en busca de grandes olas, o como en el caso de mi amigo, españoles en “en busca de su mar”. Un mar a 8000 kilómetros de su casa y su familia.
Y es allí donde mi amigo a sus cuarenta y (…), de repente encuentra su sitio. Por fin puede trabajar en su gran pasión: la fotografía y además le pagan por ello. Hoy se subirá a una avioneta para fotografiar parte de la selva Panameña y dentro de unos días fotografiará tiburones.
Nada que ver con tus reportajes de las noches en Reciclaje ¿Verdad? Ni mejor, ni peor. Diferente.
Debido a mi pasión por la fotografía (que muchos conocéis y otros sufrís), le he pedido que me envíe algunos de sus trabajos. Que me abra una pequeña ventanita a través de su objetivo y me reporte otra manera de ver la vida. Hoy quiero presumir de que conozco al “chico de la Coca Cola Light”, es mi amigo y siento una gran admiración por él y por todos los que como él, se atreven en la vida.
Debido a mi pasión por la fotografía (que muchos conocéis y otros sufrís), le he pedido que me envíe algunos de sus trabajos. Que me abra una pequeña ventanita a través de su objetivo y me reporte otra manera de ver la vida. Hoy quiero presumir de que conozco al “chico de la Coca Cola Light”, es mi amigo y siento una gran admiración por él y por todos los que como él, se atreven en la vida.
1 comentario:
Anda ya gente asi no hay.
Besos y adelante con esta busqueda promete ser interesante.
El exchico de la cosa esa
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