Animada por Le Mosquito os voy a contar cómo funcionan algunas cosas todavía en la España profunda. El alguna ocasión, al principio de este mar hablé de mis orígenes entre dos haches: hache de Huelva y hache de Huesca. Hoy me plantaré en la H del norte. Os invito a un viaje por el corazón de Los Monegros donde numerosos pueblos de tierra arcillosa entre granizo y sol, viven de los canales franquistas que les abastecen del agua que hace años imploraban a Santa Bárbara.
Allí está mi pueblo, mejor dicho el de mi madre, maña ella de los pies a la cabeza: tozuda como una mula y generosa como la mejor madre que es, que para eso es la mía, ¿no? Cada verano, Semana Santa o fiesta de guardar allí nos plantaba mi padre mientras él se marchaba a ejercer de Rodríguez. ¡Ay! Lo primero que aprendí en este pueblo es que perdí mi nombre y pasé a ser la nieta de tal de la casa cual. Mi pueblo... donde oyes qué hablan de ti, delante de ti como si no estuvieses y en ocasiones también hablan de ti cuando no estás, pero igualmente te enteras.
Las noticias en este pequeño pueblo de 1000 habitantes corren más que la luz y por si no te llegan de manera particular, ya se han buscado otras maneras de informar. Como la figura del pregonero desapareció, estos monegreses se inventaron el prego-altavoz: desde el punto más alto del pueblo a través de unos enormes altavoces emitían los bandos municipales o... “Se hace saber que en la plaza del pueblo en el mercadillo se venden braguitas a 20 duros”, “Antonio ha perdido el reloj en el poli, por favor el que lo encuentre que lo deje en el ayuntamiento”, “ A las cuatro se cortará el agua en las calles...” o La última que escuché el pasado verano: “Fulanito de tal, conocido como “el bolo”, por poner un ejemplo, salió de casa hace dos días sin su medicación, y no ha vuelto. Se convoca a los vecinos a una batida por los campos para buscar a Fulanito”. Recuerdan la canción “no estaba muerto, que estaba de parranda”, pues eso.
Es curioso que todavía en los pueblos utilicen estos acrónicos métodos de comunicación, pero más curioso es que cada vez que lanzan un mensaje desde los prego-altavoces pinchen una jotica, que de reconocer, me pone los pelos de punta. Por unos minutos la vida del pueblo se paraliza. Suena una jota. Los coches se paran, las señoras salen al balcón, los hombres al corral, la señora en la cola del pan pierde su turno... todos contienen la respiración para no perder detalle del mensajico ¡Encantador!
Las noticias en este pequeño pueblo de 1000 habitantes corren más que la luz y por si no te llegan de manera particular, ya se han buscado otras maneras de informar. Como la figura del pregonero desapareció, estos monegreses se inventaron el prego-altavoz: desde el punto más alto del pueblo a través de unos enormes altavoces emitían los bandos municipales o... “Se hace saber que en la plaza del pueblo en el mercadillo se venden braguitas a 20 duros”, “Antonio ha perdido el reloj en el poli, por favor el que lo encuentre que lo deje en el ayuntamiento”, “ A las cuatro se cortará el agua en las calles...” o La última que escuché el pasado verano: “Fulanito de tal, conocido como “el bolo”, por poner un ejemplo, salió de casa hace dos días sin su medicación, y no ha vuelto. Se convoca a los vecinos a una batida por los campos para buscar a Fulanito”. Recuerdan la canción “no estaba muerto, que estaba de parranda”, pues eso.
Es curioso que todavía en los pueblos utilicen estos acrónicos métodos de comunicación, pero más curioso es que cada vez que lanzan un mensaje desde los prego-altavoces pinchen una jotica, que de reconocer, me pone los pelos de punta. Por unos minutos la vida del pueblo se paraliza. Suena una jota. Los coches se paran, las señoras salen al balcón, los hombres al corral, la señora en la cola del pan pierde su turno... todos contienen la respiración para no perder detalle del mensajico ¡Encantador!
11 comentarios:
Me gustó Castel de Cabra (Teruel), Montalbán...
Y con lo cotilla que suele ser la gente, ya te diré. Aunque una mala noticia acompañada de una jota debe de quedar algo pintoresco ¿o hay diferentes versiones según el caso?
Como me gusta que alguien hable así de nuestra tierrica... Somos tozudicos, maña, la verdad... y bastante exagerados, como bien reflejas... pero muy "agradecidicos"..
Simplemente, mágico.
Besos
Te lo cambio por el anonimato de la ciudad, donde el vecino a penas saluda cuando te ve...
Tu pueblo, quién estuviera...
Como tengo la pantalla en penumbra apenas puedo leer esta entrada.
Ahora me voy de puente, pero recordaré leerla la próxima semana.
Un beso.
:)
...Y hoy he podido leer esta entrada.
Que suene una jota en los altavoces de "tu" pueblo, tiene su lógica. Pero dime: ¿es lógico que en el pueblo de Toledo en el que vivo suene el pasodoble "Islas Canarias"?
Y no te cuento más sobre el repertorio, que los vejetes de por aquí adoran.
Debería se r obligatorias una vacaciones pagadas para los estresdos de la ciudad donde no hacer nada es un placer y no un lujo como en la ciudad
Que tiempos, que entranable; en el pueblo de mi madre, donde pasaba 3 meses de veraneo en mi niñez y adolescencia, siguen ciertas costumbres, como la gaceta (así llaman a la más cotilla del pueblo que se lo recorre de puerta en puerta en busca y entrega de cotilleos), esto si que es rápido... eso si corregido y aumentado (como cuando jugabamos a contar una historia encadenada al oido)... Y bueno bueno, el pregonero, aquí sigue funcionando con su gorrita y la trompetilla (lo del megáfono aquí no ha llegado aún) con la cual hace dos señales para que le gente salga a la esquina a escuchar la buena nueva... Que tiempos... "Por orden del señor alcalde se hace saber..." ahora cuando lo escucho, cierro los ojos y es como regresar 20 o 25 años atrás y me recorre un escalofrio por todo el cuerpo... Bss
Me alegro mucho que os gustase este paseo... podéis volver cuándo queráis
¡Besos a todos!
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