Si en algún momento de tu vida fuiste oyente de radio musical te habrás dado cuenta del cambio sustancial y progresivo que ha sufrido. Atrás quedan los programas, las listas musicales, y los locutores que, hoy por hoy, o son teleoperadores, o cuesta encontrar entre canción y canción, y sólo cada veinte minutos.
Los que busquen todavía radio como la de antes, que se ahorren el tiempo y se compren un IPOD. En él podrán escuchar la música que ellos mismos elijan, sin que una empresa consultora e internacional, que presumiblemente conoce bien el gusto del españolito de a pie, le elabore una lista.
Por supuesto, tampoco busquen artistas este 2007, porque aunque los haya, no tendrán una plataforma desde la que dar el gran salto al gran público.
Y por último, intenten hacer una lista con cinco artistas noveles que debutasen el año pasado, y no pertenezcan a OT.
Toda esta reflexión sobre el momento que vive la radio musicales y que, personalmente, espero que sea un viaje de ida y vuelta, no es más que una excusa para contaros una anécdota:
Un locutor de radio musical de toda la vida, coincidió con un gran ejecutivo de radio musical en el ascensor, mientras escuchaba su música en un mp3. El señor ejecutivo con el gesto serio y contrariado le recriminó al señor locutor el uso de esa máquina infernal y le dijo: “Eso, eso es lo que está acabando con la música”. A lo que el locutor de radio respondió: “Al menos a mí nadie me dice lo que tengo que escuchar”.
Supongo que no es necesario que diga que en ese momento el amigo locutor acababa de recoger su finiquito.
5 comentarios:
No conocía el desenlace de la historia.
Tienes razón... no se debe dar por hecho que los demás saben el final...
en realidad la historia es un poco más cruel, pero internet tiende a suavizar las historias.
No conocía esta historia. Hay algo que muchos (no todos, entiendo) podemos hacer. Y es decir NO cuando nos ofrecen trabajar de grumete en un barco pirata. Sólo así conservaremos la leengua limpia y evitaremos historias y desenlaces como éste.
Besos de sal.
En este prostibulo que es el mundo quien no es cliente es puta y si no tienes dinero o poder para ser cliente y decides no ser puta es posible que colecciones finiquitos. Apoyo para el locutor amigo y para todos los que creéis firmemente y con romanticismo en lo que hacéis.
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