MI LONDRES: CAPITULO FINAL

... que me estoy poniendo pesaíta... Tantos días planificando el viaje y hablando de él y… ahora, en un pis-pas, ya estoy de vuelta.
No puedo empezar mi particular crónica de otra manera: ¡Qué orgullosa está mi madre! Tantos años peleándose conmigo para que estudiase inglés y sus esfuerzos han merecido la pena: su hija ha vuelto de Londres sana y salva, y, oye, que ha comido todos los días y ha tenido un techo bajo el que dormir. No olvidemos que el lenguaje de los signos es universal y en eso saqué “Cum Laude”.
Todo el Mundo (TM) me pregunta:

TM - ¿Has ido al Harrods, verdad?
F – No.
TM - ¿Has visto el Palacio de Lady Di? ¿Eso por lo menos sí?
F -… Pues tampoco.
TM – Pues entonces, niña, ¿ tú qué has visto?
F- ¿Londres?
Londres ¡Ays! ¡qué boniiito! Pasear por sus calles es como abrir el libro de inglés donde todos hemos estudiado. Y mira… lo tiene todo: The Tower Brige, Picadilly Circus, Buckingham Palace y el afamado y sin sustancia barrio de Notting Hill, pero sin Hugh Grant (al menos yo no le ví)…
¿Y la lluvia? ¿Qué deciros de la lluvia inglesa! Que por supuesto, no nos faltó. Un efecto especial que contratamos para que nos acompañase todos los días y que, te pongas como te pongas, te moja. ¡Y olvídate del paraguas!, que no sirve para nada.
Luego está el otro Londres, el que no aparece en los libros, ni tan siquiera en el curso por correspondencia de Home English: el SOHO, el de Carnavy Street o Tate Morden Museum. Ese… también lo vi. También ví muchos negros (en honor a mi amiga la tímida, los cito).

Cosas que me han llamado la atención de Londres y no vienen en las Guías para turistas:

- El agua siempre sale caliente en los grifos. - No he visto perros en la calles y la única mierda que pisé fue en Notting Hill. - La bicicleta es uno de los medios de transporte más popular (bis). - La ciudad está poco iluminada por las noches. - Acaban de talar las antiguas farolas y los paseos de King´s Cross son una faraloda cortada. - No es tan cara (la ciudad) como amenaza (el euro nos tiene mal acostumbrados) - La música y los libros están tirados de precio. - Las famosas cabinas rojas, prácticamente en desuso, se han convertido en anuncios de contactos y tarjetas de tías en pelotas. - Los "hombres-anuncio" están muy popularizados.
- La distribución de la prensa gratuita por la tarde es una auténtica batalla campal. El día que el "20 Minutos" o "Qué!" aprendan sus formas... nos saldrán estos rotativos por las orejas.
- La gente es muy amable y educada.- El transporte público es viejo y caro. Un billete de metro cuesta 6€. - No se come tan mal como dicen.- Los controles de seguridad en el aeropuerto son un coñazo (en el que puedes llegar a gastar media hora larga). - Si vas a aprender inglés, huye de los españoles, están por todas partes.

En definitiva, siempre viajar es una experiencia y en este caso muy positiva: pasear, y digo bien pasear por la ciudad del Big Ben, de punta a punta y durante 12 h. diarias, es caminar dentro de un decorado de película. De noche… de la película “Doctor doctor Jekyll y mister Hyde”.
En resumen: me he perdido y me he encontrado, me he sentido cómoda, como si ya conociese cada rinconcito, no me han sorprendido demasiadas cosas y tampoco he tenido problemas de comunicación… Mumm ¿Para cuándo otro viaje?