
Ayer en el aeropuerto experimenté por primera vez, el síndrome "fan", mientras echaba un ojo a las revistas de un kiosco. De repente me fijé en unos curiosos, negros y sucios zapatos. Seguí mirando al dueño de dichos zapatos y llegué a sus manos, portadoras de unas uñas cortas (yo diría que incluso mordidas), pintadas de negro. Camisa ajustada, verde militar, tatuaje, chulísimo, en el brazo, pelo largo, nariz pequeña... Pensé: "Uy, que pinta de rockero tiene éste menda". Me mira, le miró y... ¡Dios mío!- "Sácame de aquí, tan, tan, tan... no me dejes sólo". ¡Ups, Bunbury, codo, con codo!. Parece que hemos elegido el mismo destino de vacaciones: Cádiz. Espero que las tortillitas de camarones, el pescaíto frito, el vaporcito y las infinitas playas le inspiren y le pongan a tono, porque no hace demasiados meses plantó su gira, sus fans y sus músicos, y se largó deprimido a México, anunciando su retirada de los escenarios. Por cierto lee la Rolling. En portada este mes la hija de Paul Auster.
Por último, diré que es la primera vez, que posteo en un ciber... el "CiberWichi", un bar con solera, con firefox y con ratón y teclados pegajosos, por lo que este post tiene más mérito que ninguno.
De momento, no he tenido ninguna cita con mi mar... pero estoy segura que me espera. Hay poniente.
Por último, diré que es la primera vez, que posteo en un ciber... el "CiberWichi", un bar con solera, con firefox y con ratón y teclados pegajosos, por lo que este post tiene más mérito que ninguno.
De momento, no he tenido ninguna cita con mi mar... pero estoy segura que me espera. Hay poniente.