lunes, 16 de julio de 2007

IRONÍAS


Os voy a contar una anécdota cuando menos curiosa que me ocurrió hace un año y corrobora que la vida... es pura ironía.
Buscar aparcamiento en el distrito centro de Madrid y no pagar zona de colorines, es una ardua tarea a la que sometía mi paciencia cada fin de semana que bajaba a esta ciudad hace un año.
Una mañana de verano, como la de ayer, por ejemplo, y después de dar 1001 vueltas, ví que un vehículo dejaba un hueco libre que llevaba la matrícula de mi coche. Más contenta que unas castañuelas me situé detrás de él, con el intermitente encendido indicando mis intenciones, dejé la distancia de seguridad suficiente para que el conductor pudiese maniobrar con libertad y esperé con tranquilidad su poca prisa: coloca el niño, coloca el espejo, se pinta los labios, busca las gafas, vuelve a colocar a niño. Se va.

El coche salió y en el mismo instante en que me disponía a aparcar, apareció de la nada un gran Mercedes conducido por un yupi cincuentón, dispuesto a quitarme mi anehelado sitio. Cegada por un no sé qué, aceleré encarándome al Mercedes y pensando... "¿Esto lo pagará el seguro, verdad?".
Tras una absurda lucha de motor, el Mercedes echó marcha atrás, no sin antes insultarme y asegurar, que si yo fuese hombre me partiría la cara.
Aparqué el coche bastante cabreada por su chulería e insultos - todo hay que decirlo - y me dirigí a la boca de metro más cercana. Cuando ya estaba llegando, el enfado se había transformado en angustia y mi mente, a veces parecída a la de "Antoñíta la fantástica" pensó: ¡ays! seguro que algo va a pasar, lo sé. Entonces me imaginé al yupi, cegado por la ira y bastante despeinaó, rayándome el coche y pinchando las ruedas. Emparanoiada, decidí desaparcar el coche y volver a la Sierra. Lo aparcaría en el garaje de mis padres... a buen recaudo.

Al día siguiente una llamada a las siete de la mañana me despertó. Era mi hermano. Habían robado en casa y habían destrozado todos los coches. El mío... también.

5 comentarios:

Rapajic dijo...

Y es que nunca nunca nunca sabemos que va a pasar dentro de diez minutos. quien sabe, incluso puede que sea algo bueno...

Tot dijo...

LA MUERTE



Cierta vez, un criado fue al mercado de Bagdad a comprar el alimento del día. Sin embargo, regresó antes de lo previsto y fue inmediatamente hablar con su amo. Estaba lívido de terror y sus ojos mostraban el miedo que lo acosaba.


- ¿Qué te pasa mi buen hombre? - le pregunta el amo


- Fui al mercado y allá vi a la muerte que estaba cerca de donde iba yo a comprar las verduras. Entonces, me hizo una seña... Señor, por favor, dame un caballo y permíteme ir a Sabará, donde ella no me encontrará.


El amo se quedó bastante tocado por la historia y le hizo gusto al criado que en menos de diez minutos partía para Sabará.


Sin embargo, como se necesitaban verduras para comer, el amo decidió ir con un criado a comprarlas. Allá, en el mercado, ve la muerte cerca de la tienda, tal cual el criado le había informado. Decide acercarse a ella.


- Tú, ¿por qué asustaste a mi criado con una seña de muerte? - le inquirió el amo


- ¿Yo? No, mi seña no fue de muerte, sino de sorpresa...


Y mira el sol en el cielo.


- Lo que pasa es que tengo una cita con él en Sabará por la noche y me sorprendí en verlo en Bagdad

juan rafael dijo...

¡Caray! Pues de la capital a la sierra debe de haber un trecho ¿no?
De todas formas, perro ladrador poco mordedor.

Anónimo dijo...

Resultado mi querida pitonisa, la vida va por un lado y nosotros por otro, a veces nos encontramos y somos felices, las demas nos conformamos con saber en que planeta vivimos hoy, y los muy exigentes llegan a preocuparse por que desayunaran mañana, yo en el paraiso no recuerdo que cene ayer...
postata, casi teno blo
besos

Jero Moreno dijo...

La vida es pura ironía... Estoy de acuerdo contigo... Yo estoy inmerso en una de ellas... pero ya sabes, ante las ironías sólo tenemos dos opciones: cabrearnos o reírnos.

besos desde el sur

MAREAS

LILANINE. Get yours at bighugelabs.com/flickr